miércoles, 5 de diciembre de 2007
Fast Food Dakar Senegal
Tengo la mañana libre y he acompañado a un amigo a la oficina de la Cruz Roja para intentar que le asesore un abogado. La sala de espera estaba llena de inmigrantes, algunos habían llegado antes que yo, pero yo he pasado la primera... Curioso.

A Serigne -mi colega- le retiraron el pasaporte hace un par de meses, sólo le dijeron que tenía que ir a firmar a la comisaría cada quince días, pero en ningún momento le explicaron alguna forma de legalizar su situación. A mí me han bastado quince minutos para saber dónde acudir y qué hacer. Quince minutos de mi tiempo que harán que, seguramente por primera vez en dos meses, Serigne esta noche duerma tranquilo.

No pretendo que nadie diga "qué buena persona eres" ni nada parecido, no intento venderme (ni soy tan buena persona, jeje). Entre otras cosas, porque me considero bastante egoísta ayudando. Mi tiempo no es nada comparado con lo que recibo a cambio. Si yo mañana me quedara sin trabajo y no tuviera para comer, la mayoría de los senegaleses que viven en el Grao compartirían su plato conmigo. Si me quedara en la calle y no tuviera donde dormir, ellos me cederían su cama. ¿Hay mayor riqueza que esa?

A pesar de lo que nos venden los medios de comunicación y los políticos, estoy convencida de que cada vez hay más gente buena, gente con ganas de ayudar a otra gente. El problema es que piensan que ellos solos no pueden hacer nada. Está claro que una sola persona no puede cambiar leyes absurdas ni sistemas de gobierno, pero se puede hacer mucho. Tenemos la armas más poderosas que existen: la voz y la libertad. Como decía la canción: "La voz no hay quien la pare, ni rejas, ni paredes" Hay que pasar el mensaje y basta con pasarlo a quien tienes al lado. Seguramente, el 99% de la gente pasará de mover un dedo, pero seguro que alguien hace algo. Y mil poquitos hacen un mucho. El mundo se puede cambiar y hay que empezar por el "mundo" que tienes al lado. Yo estoy cambiando el mundo y hay pocas cosas que me hagan sentir más orgullosa. Hasta hace cuatro días, aquí la gente convivía con el resto de comunidades, pero cada uno en su casa. Cuando yo empecé a pasear por la calle con mis amigos no españoles, la gente nos miraba mal. Cuando empecé a ir a tomar café con todos mis amigos juntos -o separados-, la gente miraba raro, porque no estaban acostumbrados a ver a senegaleses en los bares y menos con una chica española con el pelo rosa. Hoy puedo decir, repito que con todo el orgullo del mundo, que ya no nos miran raro, nos saludan y se paran a hablar con nosotros. Es más, les saludan y se paran a hablar con ellos aun estando solos. Muchos se preocupan por su situación, les interrogan sobre sus costumbres. En fin, que les tratan con normalidad. Y de eso se trata: de que se imponga la normalidad, de que saquemos provecho de la multiculturalidad y no hablemos de ello como algo negativo. Tenemos tantísimo que aprender. Llegará un día en el que no hará falta decir "Yo tengo amigos negros",porque sonará tan estúpido como decir "Yo tengo un amigo alto".

Yo intento aportar mi granito de arena y pienso hacer algo grande en el Grao, algo que siga cambiando mi mundo. A mejor, claro. Os invito a todos a hacer lo mismo. Cambiemos el mundo.
posted by Tere @ 11:46 a. m.  
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home
 
 
 
No es mi careto


Me llamo: Tere
Vivo cerca de: Valencia, Spain

Más cosas sobre mí

Viejas entradas
El cajón de los recuerdos
Conexiones
Free Blogger Templates