domingo, 25 de noviembre de 2007
Armas políticas y balas obreras.
Ciertos sectores políticos, empeñados en acaparar poder a cualquier precio, no dudan en exaltar a las masas con mensajes catastrofistas. Últimamente les ha dado por el tema de la inmigración... no se van a poner a hablar de sanidad, de educación o de vivienda, por supuesto. Es cierto que cada vez somos más y que ese incremento de la población causa algunas incomodidades, pero me temo que se intenta dirigir la atención hacia el lado equivocado. ¿Por qué será?



Parece que todos, no sólo los políticos, nos hemos olvidado del significado de la palabra democracia. Parece que seamos nosotros, el pueblo, los que tenemos que trabajar para ellos, los políticos. Cuando es al contrario. Son ellos quienes tienen que ponerse las pilas y dar soluciones. En Valencia, un escandaloso tanto por cien de niños va al colegio en barracones, pero nos están construyendo un circuito de fórmula 1. Un circuito que un tío rico amenazó con no conceder si en las últimas elecciones no salía el PP... Tenemos el Palau de les Arts i les Ciències, muy bonito todo; pero tenemos un sistema sanitario digno de cualquier país tercermundista. Vino el Papa a vernos el año pasado y le pusimos un escenario con calefacción para que no se le helaran los santos huevos si le daba por salir sin ropa interior bajo la sotana. ¡Qué bonita está Valencia! Sacaron a las putas del recorrido que iba a hacer el papamóvil y limpiaron las calles (sólo esas), para que su santidad (suya, de ellos) no viera nada que pudiera ofenderle. Había dinero para poner bonita la ciudad, pero no para evitar un accidente de metro en el que 43 personas se dejaron la vida yendo a trabajar. Ni una sola responsabilidad política ante aquello pero, para la foto con el Papa, estaban todos. Y aquí no pasa nada, oiga.

Hoy he visto en las noticias a jóvenes manifestándose contra la ley del botellón. Y es el día internacional contra la violencia machista. Y llevo toda la semana viendo manifestaciones, lanzamientos de botellas y cargas policiales. Y la manifa de ayer de la AVT... que mejor no comentar. ¿Qué coño nos está pasando? ¿Nos manifestamos contra la violencia con violencia? ¿Nos manifestamos a favor de la libertad atacando a las libertades ajenas? ¿Hablamos de terrorismo haciendo terrorismo político? ¿Nos ofrecemos como espacios publicitarios gratuítos para los partidos mayoritarios? ¿Es que nadie se da cuenta de que nos están manipulando constantemente? Mientras nos tienen entretenidos con absurdas dudas territoriales, pasamos por alto constantes casos de corrupción. Por un lado, nos intentan hacer creer que esos amenazadores seres que llegan en patera, muertos de miedo, nos van a quitar el trabajo; pero nadie recuerda los siglos de abusos y robos del mal llamado "Primer Mundo" al vejado "Tercer Mundo". ¿Qué ocurriría si, en vez de venir a ganarse el pan, les diera por exigir la explotación de TODOS sus recursos naturales?

No sé si he perdido el hilo... quería hablar de inmigración. Y de racismo. Racismo. Que odias a alguien porque no es de tu color. ¡Qué fuerte! Y encima parece que no está muy mal visto. Un día, una alumna en clase, una señora de mediana edad que presumía de socialista, de haber vivido activamente la transición... me soltó: "No entiendo por qué yo no puedo decir que me dan asco los negros, ¡estamos en un país libre!". Y se quedó tan ancha, la tía. Y pretendía que yo respetara su opinión. Y a eso me refiero, ¿no estamos siendo demasiado benevolentes con los ignorantes? Sabemos que no se mata, no se roba, no se engaña pero ¿sabemos que no se debe odiar a la gente por ser de otro color?, ¿sabemos que ni siquiera deberíamos diferenciar a las personas según su etnia?, ¿no se supone que TODOS SOMOS IGUALES, por ley?

Ay, qué lío todo.
posted by Tere @ 7:04 p. m.  
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