viernes, 18 de enero de 2008
He sido abducida
Os preguntaréis (o no) dónde he estado metida todo este tiempo sin dar señales de vida. “Pos” bien, el ejército de tuertos resultó ser un ejército de tuertos alienígenas que me abdujeron hace unos días y me transportaron a un mundo en algún lugar del espacio, en una realidad paralela en la que me han ocurrido cosas de lo más variopintas:

En ese mundo alternativo yo era un ser débil y asustadizo, que salía a la calle con gorra y braga al cuello tapando medio rostro, al más puro estilo “Sendero Luminoso”. Aquel ser que era yo, volvió a coger la baja, en principio en plan venganza, pero a los dos días ya estaba pidiendo clemencia ante el médico para que me diera el alta. No. Mi jefe me dijo: “Aunque te encuentres mejor, apura la baja, no vengas hasta el viernes”. Cualquier persona normal hubiera disfrutado de sus pseudovacaciones y se hubiera pasado el día tirada a la bartola, viendo pelis, leyendo y comiendo guarradas. Pero no. Se ve que los putos tuertos alienígenas me habían implantado una especie de microchip en el cerebro que aceleraba mi actividad cerebral. No podía parar de darle vueltas a todo, retrocediendo en el tiempo, avanzando, el presente, el pasado, el futuro, a millones de revoluciones por minuto. Ese ser tomaba valium como si fueran caramelos y respiraba en una bolsa de papel. Pensaba cosas como “Estoy en esta playa, sola. Nadie sabe que estoy aquí, si viene una ola con mala leche, desaparezco en el mar y nadie sabría dónde buscarme. Da igual, encontrarían el cadáver. Lo bueno de llevar el cuerpo tatuado es que pueden identificar tu cadáver fácilmente”

Esa tía que era yo casi llama al teléfono de la esperanza. Se le pasó por la cabeza irse, sin decir nada a nadie, ni una pista, sin teléfono, sin rumbo… También empezó a plantearse ir a terapia (ya lo tengo clarísimo).

Menos mal que hoy he podido escapar, aún no sé cómo. Pero la que era yo ha vuelto hoy a trabajar, con miedo y cara de susto, apoyándose en la barra de vez en cuando para tomar aire. Ha venido el jefe y le ha dicho algo como:

-“Te he cambiado el turno para la próxima semana –la última semana-, tienes cuatro días de turno partido, estos días entras a las ocho y media y estos a las siete; por la tarde, entras a las tres, pero saldrás a las seis… bla bla bla… el domingo, de mañana… bla bla bla…Y todas las tardes, limpieza general”

Creo que ha sido en ese momento en el que he podido escapar de la irrealidad y he podido escuchar lo que estaba pasando de verdad y mi jefe decía:

“…bla bla bla… total, que te vas a ir de una patada en el culo y, además, puteada, juas juas juas. Y me dejas el chiringuito limpio, SOPUTA… bla bla bla”

Entonces, ha salido “el tigre que hay en mí” y, lo que yo llamo mi estilo felino; que no es otra cosa que ser tan retorcida y a la vez tan sutil, que nunca suele captar nadie mi retorcida maldad, pero yo creo que estoy siendo extremadamente cruel, aunque no cause NINGÚN efecto. Y digo:

“Has hecho bien en ponerme por las tardes de tres a seis porque a esas horas no hay mucha gente y podré limpiar bien. Apúntame en un folio lo que quieres que haga cada día, así no me dejo nada”. Se ha quedado FLIPADO. O eso creo yo. Puede que haya pensado que soy imbécil. Pero a mí me ha extirpado el microchip y he vuelto a mi realidad. Y me estoy partiendo recordando la cara que ha puesto.

Ahora mi mente va en positivo: tengo tantos proyectos y tantísimas ideas en la cabeza que no sé por dónde empezar. Todavía ni he actualizado mi currículum y ya estoy pensando en montar una empresa, lo del voluntariado, a ver si se podía unir de alguna forma y hacer algo chulo en el Grao… Pero todo esto ya os lo iré contando despacio, que me gustaría hacerlo bien y seguramente me podáis ayudar.

“… así no me dejo nada” JAJAJAJAJAJA
posted by Tere @ 11:32 p. m.   1 comments
martes, 8 de enero de 2008
Ejército de tuertos
¡Qué tres días de MIERDA he pasado! Voy a cambiar el chip o me pillo la depresión milenaria, me hago politoxicómana y a tomar por culo todo. Y no me quiero morir sin ir de voluntaria a un país africano.

Hoy he ido a comer con Alberto. Ambos necesitábamos terapia fraternal. Bien. Hemos dicho, como siempre, muchas cosas serias escondidas entre paridas. Efectiva -creo- para ambos, la terapia. Luego vamos de compras, pero como sin ganas, seguíamos con nuestros rollos; hasta que entro en una zapatería y veo unos botines chulísimos, baratos y de marca, que las jebis también tenemos derecho a "marcar". Le pido mi talla a la dependienta y sólo tiene un número menos. Me los (me lo) pruebo y me está bien. "¡Qué suerte, es el último par!", dice ella alegremente. Me da la caja, voy a pagar y PAM: los dos eran del mismo pie. "Hala, hasta luego"

Siguiente parada "The phone house": me compré una pijada de teléfono en julio y a los dos meses murió, aunque yo tardé dos más en llevarlo a reparar; me llamaron hace poco para que pasara a por otro terminal, ya que el mío no tenía arreglo. Por aquellas cosas de la vida... en su día contraté uno de esos seguros a todo riesgo, que te reponen el teléfono le pase lo que le pase... Bien. Voy a por el teléfono. La chica me dice que está descatalogado. "Ahora te enseño los que puedes elegir", dice, "mira, tienes este (marca uno 120 EUR más barato que el mío... este (100 EUR más barato)", le suena el teléfono. Contesta. Espero. Espero que la lista siga, claro. Cuelga. "Tienes esos dos, este es una mierda y este es un poco mejor". Todo eso sonriendo. Y yo, riéndome nerviosamente: "Pero me estás ofreciendo un móvil 100 EUR más barato que el que compré", y ella, "es que está en oferta". Leo en un cartel que el teléfono del que estamos se REGALA con un contrato. Cero euros, dice. Puesto que la opción es UNA, digo que vale. Me saca el teléfono en su caja, me quita el cargador ("Te dejo los auriculares", como esperando un gracias), me saca un catálogo y me marca una cifra con boli: 35 euros. Yo: "¿Cómo?". Ella: "El seguro, la franquicia, silver, bla bla bla, cuota, bla bla bla... 35 euros". Yo: "En resumen: me llevo un teléfono 100 euros más barato que el mío, sin otra opción, tengo un supuesto seguro a todo riesgo que TÚ me vendiste y tengo que pagar TRENTICINCO EUROS". Ella: "Hombre, te saldría más caro un teléfono nuevo". Digo "Sí, pero es que mi teléfono me duró dos meses". Pienso: "Hija de puta". Dice: "Ya, según cómo lo mires". Digo: "Bueno, yo creo que tú no ganas nada estafándome, así que lo que dices, me lo creo y punto" Pienso: "Porque de lo contrario ME CAGABA EN TU PUTA MADRE"

Por eso lo del ejército de tuertos, que me han mirado todos a la vez con nocturnidad y alevosía. Pero me lo voy a tomar a risa, que me va mejor pa la azotea.
posted by Tere @ 7:03 p. m.   1 comments
lunes, 7 de enero de 2008
Trabajar en familia.
Mucha gente aspira a trabajar tranquilo en un ambiente familiar, con confianza y buen rollo. Pobres.

Soy la cuñada de la hermana del jefe. Empecé trabajando sin contrato los domingos, el hermano de mi cuñada me pagaba lo que creía conveniente y yo callaba sumisamente. Luego fue añadiendo horas entre semana, que yo podía combinar, puesto que daba clase sólo 5 horas al día; en el sueldo de esas horas a veces había monedas (me lo imaginaba en su casa "Si 8 horas son x, el logaritmo neperiano de la raíz cuadrada de tres horas y media...". Yo, callaba sumisamente y posponía temas míos para poder hacerles la hora y media que necesitaban. Luego vino la baja maternal -de la mujer del jefe- y mi contrato a jornada completa, con horario partido. Abrir y cerrar. Domingos inclusive. Llegó el verano y, por fin, llegó mi "ascenso": jornada intensiva. ¡Guau!. De siete a tres y de tres a cerrar (diez y media, once...). Mogollón de responsabilidades añadidas al mismo precio: callaba, sumisamente. Nació el niño, que es una monada y supersimpático -no sé de dónde habrá salido. Baja paternal, hubo que doblar turnos y tal. Todo sea por la familia. Ay, me he saltado las fallas; resumo: 13-14 horas al día, sin parar ni a mear casi. Al mismo precio y ni un "Gracias, Tere".

Bueno, acelero. El día 31 de este mes se me termina el contrato; si renuevo, me tienen que hacer indefinida. Eso o a la calle. Y a la calle. Me lo dijeron el día antes de Reyes. En mi casa dije que no me esperaran a abrir los regalos, iba mi cuñada y tal. Sí,megatriste. Luego me esperaron y fue todo una obra de teatro, con sus jijis y jajas. Llevo dos días yendo a currar sin hablar con nadie, sólo lo preciso, cuando en la cafetería soy famosa por estar siempre cantando y haciendo la payasa. Que esa es otra: hay gente que viene sólo a ver el espectáculo xDDD

El mes pasado, pedazo de mes también, una clienta me abofeteó. Tropezó y se cayó, yo salí corriendo a ayudarla y, mientras yo le preguntaba "¿Te has hecho daño?" ella me soltó un bofetón y me llamó hijaputa. Me dejó flipada y no hice nada. El hermano de mi cuñada terminó echándome la culpa ¡a mí! xDDD, ¡que no tenía que haber salido a ayudar!. Heavy. Y yo, hiperhumillada.

En fin, que a la calle. En febrero, el mejor mes del año para buscar curro. Con un paro de 600 euros que no cobraré hasta marzo, si no se extravía ningún documento...A finales de marzo seguramente tenga un cursillo, con un sueldo que me dé para un paro posterior razonable, que hará media con en congelado (joer, qué lío). Era cuestión de alargar el contrato un par de meses. Hay mil fórmulas: pactar un despido, por ejemplo... Mil, si se quisiera. Que no se me quiere, y no tengo ni puta idea de por qué. Lo juro. Yo lo he dado TODO. Sumisamente, claro.

Aggg, qué bajón. No tenéis ni idea de lo duro que está siendo ir a currar.

Espero no "llorar" más hasta otro año, de verdad. Siento el rollazo, pero esto descarga un weeeebo.
posted by Tere @ 4:08 p. m.   4 comments
2007, caga y vete.
Es época de hacer balance y a mí me pilla con la moral baja, así que intentaré ser lo más objetiva posible.

El año que nos ha dejado prometía mucho, empezó genial a nivel profesional y en lo personal todo estaba tranquilo. Pero llegó junio y luego julio (que no es el Iglesias, pero desde este año me da el mismo asco) y se armó la de San Quintín: me pillo de un hijo de puta, curro de camarera de mierda pero con estrés de responsable de seguridad de una central nuclear, el hijo puta nada y el trabajo me hace sentir la tía más frustrada del planeta, así hasta hoy. El clímax llegó con diciembre y con enero, pero este es otro año y esto es otra entrada.

En conclusión: seis meses muy bien, seis meses de culo. Cero grados. Ni frío ni calor.

Obviamente, no me tocó la lotería.
posted by Tere @ 4:01 p. m.   0 comments
 
 
No es mi careto


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